Hoy es un día especialmente importante para mí, porque mi inicio en el camino de la nutrición no fue casual. Todo empezó con mi propia lucha contra un TCA, una enfermedad que transformó mi vida por completo y me llevó a descubrir mi vocación.

Un antes y un después en mi vida

Desde niña, disfruté de una infancia feliz, rodeada de cariño, familia, amigos y estabilidad. La comida era simplemente comida, algo cotidiano que compartía y disfrutaba con mi familia y amigos. Pero, como muchas otras personas, durante mi adolescencia mi relación con la comida y con mi cuerpo cambió de repente y comencé a ver a mi cuerpo y a la comida como mis enemigos.

El peso no es un marcador absoluto de salud, ni debería serlo de felicidad.

Enfrentar un TCA fue una de las experiencias más complicadas de mi vida. Lo que antes parecía sencillo y natural, se convirtió en un camino lleno de dudas, miedos y emociones difíciles de manejar. Pero también fue ese momento el que me hizo darme cuenta de algo fundamental: la relación con la comida y el cuerpo no debe ser una lucha, sino un espacio de cuidado y respeto. Todo esto gracias a los profesionales que me atendieron (psicólogos, médicos…), a la nutricionista que me ayudó a ver la comida como mi aliada y a mi familia que fueron mi bastón, mi soporte y mi refugio durante el tratamiento.

Por qué hago lo que hago

Mi propia experiencia me llevó a entender que la educación alimentaria y el acompañamiento respetuoso pueden marcar una diferencia enorme en la vida de las personas. Me di cuenta de que muchas de las creencias que tenemos sobre la comida y el cuerpo vienen de desinformación, juicios y presiones sociales que no nos hacen bien.

Por eso decidí dedicarme a la nutrición, con un enfoque que no solo hable de lo que comemos, sino de cómo nos relacionamos con ello. No creo en las dietas estrictas, sino en la libertad, el disfrute y el respeto. Mi objetivo es que las personas que confían en mí aprendan a gestionar su alimentación de manera sostenible y amable, encontrando tranquilidad en sus elecciones y en su cuerpo.

Mis pilares: un enfoque no peso centrista y la educación alimentaria

En mi trabajo, abordo la nutrición desde varias áreas que considero clave para generar un impacto real:

• Mujeres, embarazo y lactancia: Acompaño a mujeres en todas las etapas de su vida, ayudándolas a cuidar de sí mismas y de su familia desde la alimentación, sin presiones ni juicios.
• Educación alimentaria y rehabilitación de TCA: Trabajo para que las personas entiendan su relación con la comida y aprendan a construir hábitos respetuosos y sostenibles. Por otra parte trabajo en la recuperación de los TCA.
• Familias, niños y jóvenes: Creo que la prevención empieza desde pequeños. Por eso, trabajo con familias para sembrar hábitos saludables y relaciones positivas con la comida desde la infancia.

La recuperación es posible, y estoy aquí para demostrarlo.

Hoy, en el Día Internacional de la Lucha contra los TCA, quiero que mi experiencia sea un mensaje de esperanza. Mi historia empezó con un TCA, pero no termina ahí. La recuperación es posible, y es un camino que no tienes por qué recorrer sola, solo o solos (familia).

En este día, quiero también recordar la importancia de la prevención y la información. Padres, educadores y profesionales de la salud tienen un papel clave para detectar señales de alarma y acompañar desde el respeto. Si estás buscando recursos prácticos, he incluido en mi perfil de instagram recursos prácticos y noticias actualizadas que te pueden ayudar a identificar señales tempranas y actuar a tiempo.

Gracias por dedicar un momento en conocer mi historia. Y, sobre todo, gracias a mi familia, por ser mi pilar cuando más lo necesité. Nos leemos en el próximo blog.

MARÍA.